El área de almacenamiento debe estar separada de fuentes de oxígeno, cloro, otros materiales oxidantes y gases y materiales combustibles. Puesto que el butadieno es más pesado que el aire y el gas procedente de fugas se acumula en las zonas bajas, debe evitarse el almacenamiento en fosas y sótanos. Los contenedores de butadieno deben estar debidamente etiquetados, indicando claramente que se trata de un gas explosivo. Las bombonas deben estar construidas para resistir la presión y evitar las fugas y no deben sufrir golpes durante su manipulación. Estas bombonas están habitualmente provistas de una válvula de segu- ridad. Las bombonas no deben someterse a temperaturas supe- riores a 55 ºC. Para detectar posibles fugas, lo mejor es empapar la zona sospechosa con una solución jabonosa, de manera que en caso de existir algún escape de gas, se formen pompas visibles; en ningún caso se utilizarán cerillas o llamas para detectar fugas.
Con respecto a los posibles o probables cancerígenos, deben adoptarse todas las precauciones adecuadas y necesarias para su manipulación.
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