Los datos sobre los efectos de la cloropicrina proceden princi- palmente de las experiencias con armas químicas durante la primera Guerra Mundial. Es un irritante pulmonar con una toxi- cidad mayor que la del cloro, pero menor que la del fosgeno. Los datos militares indican que la exposición a 4 ppm durante unos segundos es suficiente para dejar a una persona incapacitada para la acción, y la exposición a 15 ppm durante 60 segundos causa lesiones bronquiales o pulmonares importantes. En concreto, daña los bronquios pequeños y medianos la causa de la muerte es frecuentemente el edema pulmonar. Al reaccionar con grupos sulfhidrilo, interfiere con el transporte de oxígeno y puede producir latidos débiles e irregulares, ataques de asma recu- rrentes y anemia. Una concentración de aproximadamente 1 ppm causa lagrimeo intenso y es una buena señal de adver- tencia de la exposición; a concentraciones mayores la irritación de la piel es evidente. La ingestión puede deberse a la deglución de saliva que contiene cloropicrina disuelta y produce vómitos y diarrea. La cloropicrina no es combustible, pero cuando se calienta o sufre un impacto que sobrepasa el umbral crítico, puede explotar.
lunes, 11 de julio de 2016
Riesgos cloropicrina
Los datos sobre los efectos de la cloropicrina proceden princi- palmente de las experiencias con armas químicas durante la primera Guerra Mundial. Es un irritante pulmonar con una toxi- cidad mayor que la del cloro, pero menor que la del fosgeno. Los datos militares indican que la exposición a 4 ppm durante unos segundos es suficiente para dejar a una persona incapacitada para la acción, y la exposición a 15 ppm durante 60 segundos causa lesiones bronquiales o pulmonares importantes. En concreto, daña los bronquios pequeños y medianos la causa de la muerte es frecuentemente el edema pulmonar. Al reaccionar con grupos sulfhidrilo, interfiere con el transporte de oxígeno y puede producir latidos débiles e irregulares, ataques de asma recu- rrentes y anemia. Una concentración de aproximadamente 1 ppm causa lagrimeo intenso y es una buena señal de adver- tencia de la exposición; a concentraciones mayores la irritación de la piel es evidente. La ingestión puede deberse a la deglución de saliva que contiene cloropicrina disuelta y produce vómitos y diarrea. La cloropicrina no es combustible, pero cuando se calienta o sufre un impacto que sobrepasa el umbral crítico, puede explotar.
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