martes, 28 de agosto de 2018

Riesgos de los PEROXIDOS ORGANICOS E INORGANICOS

Los principales riesgos son los incendios y las explosiones. Los peróxidos orgánicos son excelentes combustibles que entran fácilmente en ignición y arden con fuerza. Los enlaces oxígeno-oxí- geno son térmicamente inestables, descomponiéndose exotérmicamente, de forma creciente a medida que aumenta la temperatura. La inestabilidad térmica es muy variable. Las temperaturas de los peróxidos orgánicos para una vida media de 10 horas oscilan entre 25 ºC y 172 ºC. Los productos de descom- posición son generalmente vapores inflamables que pueden formar mezclas explosivas con el aire; si la descomposición es rápida, puede alcanzarse una temperatura suficiente como para que se produzca la autoignición al entrar en contacto con el aire. La descomposición puede iniciarse por acción del calor, por fric- ción, por choques mecánicos o por contaminación, si bien la sensibilidad a estos estímulos varía mucho. Si el calor produ- cido por la descomposición no se disipa con rapidez suficiente, puede producirse una reacción que va desde un ligero desprendi- miento de gas hasta una descomposición espontánea violenta, con la consiguiente deflagración o explosión. Los peróxidos formados espontáneamente en diversos éteres y aldehídos de bajo peso molecular son extremadamente sensibles a la fricción y a los choques. El peróxido de metiletilcetona y el ácido peroxiacético son extremadamente sensibles a los choques y tienen que diluirse para poder ser manipulados sin riesgos. El peróxido de benzoilo seco es también sensible a los choques. El peróxido de dicumilo, por el contrario, no es sensible a los choques ni a la fricción. La sensibilidad a los choques puede aumentar con la temperatura. La descomposición violenta puede ser provocada por cantidades traza de una gran diversidad de contaminantes, como ácidos fuertes,
bases, metales, aleaciones de metales, sales metálicas, compuestos azufrados, aminas, aceleradores o agentes reductores. Esto es especialmente cierto en el caso de los peróxidos de metiletilcetona y benzoilo, cuya descomposición puede provocarse inin- tencionadamente a temperatura ambiente cuando se utilizan pequeñas cantidades de aceleradores. La violencia de la descom- posición se ve muy afectada por la cantidad y el tipo de peróxido, por la velocidad del aumento de la temperatura, por la cantidad y el tipo de contaminación y por el grado de confinamiento.
La seguridad de muchos peróxidos orgánicos mejora conside- rablemente cuando se dispersan en diluyentes disolventes o no disolventes que absorben el calor de la descomposición (p. ej., agua o un plastificante) o reducen la sensibilidad a los impactos (p. ej., dimetilftalato). Estas mezclas son, en general, mucho menos inflamables que los peróxidos puros, y algunas de ellas no son inflamables. No obstante, el uso de un diluyente tóxico puede aumentar considerablemente la toxicidad de la solución de peróxidos.

El principal efecto tóxico de la mayoría de los peróxidos es la irritación de la piel, las mucosas y los ojos. El contacto prolongado o intenso con la piel o las salpicaduras en los ojos pueden causar lesiones graves. Algunos vapores de peróxidos orgánicos son irritantes y pueden causar también cefaleas, intoxicación similar a la del alcohol y edema pulmonar cuando se inhalan en grandes concentraciones. Otros, como los hidroperóxidos de cumeno, son sensibilizantes conocidos de la piel. Los peróxidos de dialquilo no suelen ser tan irritantes y los peróxidos de diacilo son los menos irritantes de todos los peróxidos. Los hidroperó- xidos, los peroxiácidos y especialmente el peróxido de metiletilcetona son mucho más peligrosos. Son extremadamente irritantes y corrosivos para los ojos, con riesgo de ceguera, y pueden causar graves lesiones o la muerte si se ingieren en cantidad suficiente.

La carcinogenicidad de los peróxidos ha sido objeto de investigación, pero por el momento no se han obtenido resultados concluyentes. La Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC) ha asignado al Grupo 3 (sustancias no clasificables por su carcinogenicidad) al peróxido de benzoilo, al cloruro de benzoilo y al peróxido de hidrógeno

Uso del peróxido de hidrógeno

El peróxido de hidrógeno tiene numerosas aplicaciones, la mayoría de ellas basadas en sus propiedades como agente oxidante y blanqueante. Actúa también como reactivo en la síntesis de compuestos químicos. El peróxido de hidrógeno tiene diferentes usos dependiendo de su concentración: las soluciones al 3 % y 6 % se utilizan con fines medicinales y cosméticos; la solución al 30 % se usa como reactivo de laboratorio; las soluciones al 35 % y 50 % se utilizan en la mayoría de las aplicaciones industriales; la solución al 70 % se utiliza en oxidaciones orgánicas y la solu- ción al 90 % tiene algunas aplicaciones industriales y sirve también como propelente en programas militares y espaciales. Las soluciones superiores al 90 % se usan sólo para fines militares especiales.
El peróxido de hidrógeno se emplea en la producción de glicerina, plastificantes, agentes blanqueantes, productos farmacéu- ticos, cosméticos, agentes secantes para grasas, aceites y ceras y óxidos de amina para detergentes de lavavajillas. Se utiliza en la industria textil para blanquear tejidos, especialmente el algodón, y en la industria papelera para blanquear la pulpa mecánica obtenida de la madera. En minería, el peróxido de hidrógeno se utiliza para aumentar la solubilidad del uranio en la solución lixiviadora. Es también útil en la industria electrónica para la erosión catódica y la oxidación de metales y para el tratamiento de superficies metálicas. Además, el peróxido de hidrógeno se utiliza como esterilizante en la industria de los alimentos y como fuente de oxígeno en los equipos de protección respiratoria.

lunes, 27 de agosto de 2018

Usos de El hidroperóxido de cumeno y del ácido peracético

El hidroperóxido de cumeno 

Se utiliza en la fabricación de fenoles y acetona.

El ácido peracético 

Es un bactericida y fungicida empleado especialmente en el procesamiento de los alimentos. Sirve también como decolorante de tejidos, papel, aceites, ceras y almidón, y como catalizador de polimerizaciones.

104.8

Usos del El peróxido de benzoilo

El peróxido de benzoilo se utiliza principalmente en la producción de polímeros para iniciar los procesos de polimerización y copoli- merización de radicales libres de cloruro de vinilo, estireno, acetato vinílico y acrílicos. Se utiliza también para el curado de resinas de poliéster termoestables y gomas de silicona y para el endurecimiento de algunas resinas de fibra de vidrio. El peróxido de benzoilo se utiliza en medicina para el tratamiento del acné. Es el blanqueador preferido para la harina y se utiliza también para decolorar quesos, aceites vegetales, ceras, grasas, etc.

Usos del El peróxido de dilaurilo

El peróxido de dilaurilo se utiliza en las industrias cosmética y farmacéutica y en la combustión de hilos de acetato. Además de servir como catalizador de polimerizaciones, el peróxido de terc-butilo actúa como acelerador de la ignición de combustibles diesel.