La exposición inicial al tetrilo produce una irritación aguda de las mucosas de la nariz y la faringe. Al cabo de unos días, las manos, la cara, el cuero cabelludo y el cabello de los trabajadores expuestos se tiñen de un color amarillento. En las exposiciones más graves resulta afectada la conjuntiva y casi siempre se observa edema periorbital y palpebral inyectado de sangre. Durante las primeras 2 ó 3 semanas de exposición, los trabajadores pueden desarrollar dermatitis en forma de eritema, especialmente en la región del cuello, el pecho, la espalda y la cara interna de los antebrazos. Después de unos días, el eritema puede remitir, dejando una descamación moderada. Los trabajadores que pueden continuar trabajando a pesar de la dermatitis desarrollan tolerancia o resistencia al tetrilo. Sin embargo, la exposi- ción prolongada o en personas con mala higiene personal o piel muy fina, la dermatitis puede extenderse a otras zonas del cuerpo y convertirse en papular, vesicular y eczematosa.
Después de sólo 3 ó 4 días de exposición a concentraciones elevadas de polvo, los trabajadores pueden llegar a quejarse de dolores de cabeza seguidos por hemorragias nasales periódicas. La irritación del tracto respiratorio superior no se extiende con frecuencia a los bronquios debido a que los cristales de tetrilo, por su gran tamaño, no suelen llegar tan lejos; no obstante, en algunos casos se ha observado tos seca y espasmos bronquiales. Ocasionalmente pueden presentarse diarrea y trastornos menstruales.
Muchas de las alteraciones causadas por el tetrilo pueden atribuirse a la acción irritante de los cristales. En algunos casos la dermatitis es alérgica y en muchos casos se han sugerido meca nismos tales como la liberación local de histamina.
Después de una exposición intensa y prolongada, el tetrilo produce intoxicación crónica con trastornos digestivos como pérdida de apetito, dolor abdominal y vómitos, pérdida de peso, hepatitis crónica, irritación del sistema nervioso central con insomnio, hiperreflexia y excitación mental. Se han dado algunos casos de leucocitosis con ligera anemia ocasional. También se han descrito casos de trastornos menstruales. Los experimentos realizados con animales indican daños en los túbulos renales.