lunes, 19 de enero de 2015

Riesgos del El diclorometano (cloruro de metileno) (II)

Con todo, la intoxicación leve no parece producir ninguna discapacidad permanente y la toxicidad hepática potencial del diclorometano es mucho menor que la de otros hidrocarburos halogenados (en especial, el tetracloruro de carbono), si bien los resultados de los experimentos con animales son contradictorios a este respecto. El diclorometano rara vez se utiliza en estado puro, mezclándose a menudo con otros compuestos que sí ejercen un efecto hepatotóxico. Ya en 1972 se demostró que las personas expuestas a diclorometano presentan concentraciones elevadas de carboxihemoglobina (10 % una hora después de la exposición durante dos horas a 1.000 ppm de diclorometano y 3,9 % 17 horas más tarde) debido a la conversión endógena del dicloro- metano en monóxido de carbono. En aquella época, la exposición a concentraciones de diclorometano que no superaran una media ponderada en el tiempo (TWA) de 500 ppm podría dar lugar a un nivel de carboxihemoglobina superior al permitido para el monóxido de carbono (un 7,9 % de COHb es el nivel de saturación correspondiente a una exposición a 50 ppm de CO); y
100 ppm de diclorometano producirían el mismo nivel de COHb o la misma concentración de CO en el aire alveolar que 50 ppm de CO.
El contacto directo con esta sustancia puede provocar irrita- ción de la piel y los ojos, pero los principales problemas industriales que ocasiona la exposición excesiva son los síntomas de embriaguez y descoordinación que produce la intoxicación por diclorometano, y los actos inseguros y los consiguientes acci- dentes que pueden provocar estos síntomas.
El diclorometano atraviesa la barrera placentaria y puede detectarse en los tejidos del embrión tras la exposición de la madre. También se excreta en la leche materna. En la actua- lidad, no se dispone de datos suficientes sobre su toxicidad reproductiva.

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