La   vigilancia   médica   de   los   trabajadores   potencialmente expuestos a cianuros debe centrarse en los aparatos respiratorio y cardiovascular, en el sistema nervioso central, en la función hepática, renal y tiroidea, en el estado de la piel y en los antecedentes de  desvanecimiento  o  mareos.  Los  trabajadores  con  enferme- dades  crónicas  renales,  del  tracto  respiratorio,  de  la  piel  o  de tiroides, tienen un riesgo mayor de desarrollar los efectos tóxicos de los cianuros que los trabajadores sanos.
El control médico exige una formación adecuada en técnicas de reanimación artificial y el uso de fármacos para el tratamiento de urgencia de la intoxicación aguda (por ejemplo, la inhalación de nitrito de amilo). La ropa, los guantes y el calzado contami- nados deberán quitarse lo antes posible y lavar la piel para evitar que la absorción continúe. Deberán existir equipos de primeros auxilios,   con   fármacos   y   jeringas,   en   lugares   accesibles   y adecuados y se deberá comprobar su contenido con frecuencia. Desafortunadamente,  algunos  manuales  ampliamente  distri- buidos sugieren el uso de azul de metileno en las intoxicaciones por  cianuros  debido  a  que,  a  ciertas  concentraciones,  forma metahemoglobina, pudiendo ésta, gracias a su afinidad por el ión cianuro, reducir su efecto tóxico. Sin embargo, no se recomienda el  uso  de  azul  de  metileno  ya  que,  a  otras  concentraciones, produce el efecto contrario, es decir, convierte la metahemoglo- bina  en  hemoglobina,  y  en  las  situaciones  de  emergencia  que constituyen  las  intoxicaciones  por  cianuro  no  se  dispone  de tiempo  para  realizar  los  análisis  necesarios  para  determinar  su concentración.
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