El acrilonitrilo produce asfixia química, al igual que el  cianuro  de  hidrógeno.  Irrita  la  piel  y  las  mucosas,  y  puede causar lesiones graves en la córnea si no se lavan los ojos rápida- mente  con  agua  abundante.  La  Agencia  Internacional  para  la Investigación   sobre   el   Cáncer   (IARC)   ha   clasificado   esta sustancia como un carcinógeno del Grupo 2A (probable carcinó- geno  humano)  basándose  en  pruebas  limitadas  de  carcinogeni- cidad en el hombre y pruebas suficientes de carcinogenicidad en animales.
El  acrilonitrilo  se  puede  absorber  por  inhalación  o  por  vía percutánea.  En  los  casos  de  exposición  gradual,  las  víctimas muestran niveles significativos de cianuro en la sangre ya antes de que  aparezcan  los  síntomas.  Estos  síntomas  se  producen  por anoxia de los tejidos y consisten, en orden aproximado de apari- ción,  en:  debilidad  de  las  extremidades,  disnea,  sensación  de quemazón  en  la  garganta,  mareo,  confusión  mental,  cianosis  y náuseas. En los últimos estadios puede producirse colapso, respiración irregular, convulsiones y parada cardíaca súbita. Algunos pacientes  padecen  histeria  o  se  muestran  agresivos,  pudiendo indicar este tipo de alteraciones de la conducta una intoxicación por acrilonitrilo.
La  irritación  de  la  piel  por  contacto  reiterado  o  prolongado con acrilonitrilo puede tardar varias horas en aparecer. Debido a que esta sustancia atraviesa fácilmente el cuero y las prendas de vestir, puede causar ampollas a menos que las prendas contami- nadas se retiren rápidamente y se lave la zona de piel en contacto con  estas  prendas.  Las  ropas  de  goma  debe  inspeccionarse  y lavarse con frecuencia, debido a que se ablandan y se hinchan.
El acrilonitrilo comporta un riesgo considerable de incendio y explosión. El bajo punto de ignición de esta sustancia determina la posibilidad de que se produzcan vapores suficientes a tempera- turas normales como para formar una mezcla inflamable con el aire. El acrilonitrilo se polimeriza espontáneamente por efecto de la  luz  solar  o  el  calor,  pudiendo  causar  una  explosión,  incluso aunque se mantenga en envases cerrados. Por ello, nunca debe almacenarse  sin  haber  sido  inhibido.  El  peligro  de  incendio  y explosión  se  intensifica  por  la  naturaleza  letal  de  los  humos  y vapores emitidos, como amoniaco y cianuro de hidrógeno. Cianamida cálcica. La cianamida cálcica se encuentra principal- mente en forma de polvo. Su inhalación provoca rinitis, faringitis, laringitis y bronquitis. En casos de exposición prolongada se ha descrito perforación del tabique nasal. En los ojos puede producir conjuntivitis,  queratitis  y  ulceraciones  de  la  córnea.  En  la  piel causa  dermatitis  pruriginosa  que,  después  de  cierto  tiempo, puede derivar en úlceras de cicatrización lenta en las palmas de la mano y en los espacios interdigitales. También puede producir sensibilización de la piel.
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