La gran variedad de estructuras químicas posibles de las amidas se refleja en la diversidad de sus efectos biológicos. Algunas son completamente inocuas, por ejemplo, las amidas de los ácidos grasos simples de cadena larga, como las amidas de los ácidos esteárico u oléico. Por otra parte, algunos miembros de esta familia han sido clasificados por la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC) en el Grupo 2A (probable carcinógeno humano) o en el Grupo 2B (posible carcinógeno humano). Con la acrilamida se han observado efectos neurológicos en el hombre y en animales de experimentación. La dimetilformamida y la dimetilacetamida producen lesiones hepáticas en los animales y los efectos teratogénicos de la formamida y la monometilformamida se han demostrado experimentalmente.
Si bien existe una gran cantidad de información acerca del metabolismo de algunas amidas, la naturaleza de sus efectos tóxicos aún no se ha explicado a nivel molecular o celular. Muchas amidas simples son, probablemente, hidrolizadas por la acción de amidasas inespecíficas en el hígado y el ácido produ- cido se excreta o se metaboliza a través de los mecanismos normales.
Algunas amidas aromáticas, como la N-fenilacetamida (acetanilida), se hidroxilan en el anillo aromático y, seguidamente, se conjugan y se excretan. La capacidad de ciertas amidas de pene- trar en el organismo a través de la piel intacta es especialmente importante para la adopción de medidas preventivas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario