Las  soluciones  de  ácido  nítrico  son  muy corrosivas y producen lesiones en la piel, los ojos y las mucosas, cuya  gravedad  depende  de  la  duración  del  contacto  y  de  la concentración  del  ácido.  Estas  lesiones  pueden  ir  desde  una simple irritación hasta quemaduras y necrosis localizada después de  un  contacto  prolongado.  Los  vapores  de  ácido  nítrico  son también corrosivos para la piel, las mucosas y el esmalte dental.
Los  vapores  de  ácido  nítrico  contienen  siempre,  en  diferentes  proporciones,  otros  compuestos  nitrogenados  gaseosos (p. ej. óxidos de nitrógeno), dependiendo de la concentración del ácido y el tipo de operación de que se trate. Su inhalación puede causar intoxicación aguda y sobreaguda. La intoxicación sobreaguda  es  poco  frecuente  y  produce  la  muerte  rápidamente.  La intoxicación  aguda  es  más  frecuente  y  generalmente  consta  de tres fases: la primera consiste en una irritación del tracto respiratorio superior (irritación de la garganta, tos, sensación de ahogo) y de los ojos, con lagrimeo. La segunda fase es desconcertante, puesto que hay ausencia de sintomatología durante varias horas. En   la   tercera   fase   reaparecen   los   trastornos   respiratorios, pudiendo   desarrollarse   rápidamente   un   edema   pulmonar, muchas veces mortal.
La  ingestión  accidental  de  ácido  nítrico  produce  lesiones graves  en  la  boca,  la  faringe,  el  esófago  y  el  estómago,  cuyas secuelas pueden ser graves.
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