Todos los ácidos deben almacenarse lejos de fuentes de ignición y sustancias oxidantes. Las áreas de almacenamiento deben estar bien ventiladas para evitar la acumulación de concentraciones peligrosas. Los envases deben ser de acero inoxidable o cristal. En caso de fugas o derrames, el ácido acético debe neutralizarse con soluciones alcalinas. Se instalarán surtidores de agua para el la- vado de los ojos y duchas de urgencia para la eliminación del ácido en caso de contacto con la piel o con los ojos. Es esencial que los envases estén correctamente etiquetados, y para todas las formas de transporte, el ácido acético se clasifica como sustancia peligrosa.
Para prevenir daños de las vías respiratorias y las mucosas, la concentración atmosférica de ácidos orgánicos y anhídridos con alta presión de vapor debe mantenerse por debajo de los niveles máximos permisibles mediante la utilización de dispositivos de higiene industrial, como extractores locales, ventilación general y determinación periódica de las concentraciones atmosféricas de ácido acético. En ausencia de vapores de otros ácidos, la detec- ción y el análisis se realizan mediante borboteo en una solución alcalina y determinación del álcali residual; en presencia de otros ácidos, antes tenía que recurrirse a la destilación fraccionada, pero en la actualidad se dispone de un método de cromatografía de gases para la determinación en aire o agua. Las exposiciones a polvo deben reducirse al mínimo.
Las personas que trabajan con ácido puro o con soluciones concentradas deben utilizar ropas protectoras, además de ele- mentos de protección para la cara, los ojos, las manos y los bra- zos. También utilizarán equipos de protección respiratoria. Deberán existir unas instalaciones sanitarias adecuadas y se fo- mentará una buena higiene personal.
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